🐔 Frisby: el pollo colombiano que desató una batalla legal y reputacional en Europa

Cuando una marca nacional se convierte en símbolo emocional, cualquier intento de apropiación puede detonar una crisis legal, una ola digital y un terremoto reputacional.

¿Qué pasó realmente con Frisby?

El 6 de mayo de 2025, millones de colombianos se sorprendieron con una noticia en redes sociales, titulares de prensa y chats familiares: una empresa llamada Frisby España SL, registrada en Bilbao, anunciaba la apertura de locales bajo el mismo nombre, logo y estética de la reconocida cadena colombiana de pollo frito.

En sus canales, la firma europea incluso se refería a sí misma como “la leyenda del pollo que cruzó el océano”, dando a entender que se trataba de una expansión oficial.

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Sin embargo, nada más lejos de la realidad. La original, Frisby S.A. BIC, con casi cinco décadas de historia en Colombia, denunció un uso no autorizado de su nombre, logotipo, colores y hasta de su emblemática mascota: el Pollo Frisby. Afirmó no tener relación alguna con operaciones en Europa y anunció acciones legales.

La confusión fue tal que, por un momento, se pensó que Frisby había llegado a España para atender a los más de 800.000 colombianos residentes. Lo que parecía un anuncio positivo se convirtió en una controversia internacional, con profundas implicaciones para la reputación online de ambas marcas.

Un nombre con historia y una identidad que no se improvisa

Frisby no nació en Europa. Su historia comenzó en 1977 en Pereira, Risaralda, cuando Alfredo Hoyos Mazuera y Liliana Restrepo decidieron abrir una pizzería que luego se transformó en ícono del pollo frito colombiano. Con más de 270 restaurantes en 60 municipios y 5.600 empleados, Frisby no solo es una empresa: es un símbolo del emprendimiento nacional.

Por eso la polémica encendió las redes. La empresa española no solo compartía el nombre, sino también una identidad visual sorprendentemente similar. El logotipo, los colores cálidos, la tipografía amigable y, sobre todo, el entrañable pollo mascota eran prácticamente idénticos. La gente no necesitó explicaciones técnicas: lo que veían parecía un plagio, y eso bastó para que se encendiera la mecha.

Este tipo de conflictos evidencian la necesidad de aplicar herramientas como el análisis de riesgo reputacional antes de iniciar cualquier proceso de expansión internacional.

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¿Plagio o legalidad? El vacío del “uso efectivo” en Europa

Desde el punto de vista legal, la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea(EUIPO) determinó que el registro de Frisby Colombia en Europa (hecho en 2005) era inválido por falta de uso efectivo en territorio europeo. La legislación es clara: una marca registrada que no se utilice durante cinco años puede ser anulada.

En diciembre de 2024, la empresa española solicitó formalmente la cancelación del registro colombiano, alegando exactamente eso. La EUIPO, tras analizar el caso, concedió provisionalmente los derechos a Frisby España SL. Ahora, Frisby Colombia tiene dos mesespara demostrar que ha realizado actividades comerciales reales con su marca en Europa. De no hacerlo, perderá el registro y quedará a merced de su homónima europea.

Aquí es donde entra el componente reputacional: aunque la ley ampare a Frisby España, la opinión pública internacional ve con desconfianza a una empresa que adopta una marca casi calcada de una que tiene un profundo arraigo emocional en otro país.

Este caso es un ejemplo de manual sobre la necesidad de integrar estrategias de brand protection como parte esencial de la identidad empresarial.

A este debate legal se suman nuevos elementos clave. Carlos Amaya, abogado experto en protección marcaria y socio de Amaya Propiedad Intelectual, explicó a la revista Semana que desde el inicio era evidente que no se trataba de una expansión real de Frisby Colombia, sino de un intento de apropiación por parte de un tercero. 

Según Amaya, «existe un sitio web en España que puede inducir a confusión, haciendo creer falsamente que Frisby ha llegado a Europa. Esto configura publicidad engañosa y puede ser retirado legalmente».

Asimismo, el experto remarcó que la figura del ‘Pollo Frisby’ no se encuentra registrada como marca en Europa por parte de la empresa española. Sin embargo, el personaje sí está protegido por derechos de autor, lo que refuerza su protección jurídica. 

“Ese diseño puede ser removido de forma inmediata, ya que está amparado por propiedad intelectual, independientemente de su registro marcario”, afirmó. Comparó el caso con los personajes de Disney, que gozan de protección global pese a no estar registrados como marca en cada país.

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El precio del pollo y el valor de una marca

Mientras en Colombia el combo de 12 piezas de pollo Frisby cuesta unos 21 euros, en KFC España el mismo producto ronda los 38 euros. Una hipotética llegada de Frisby a España podría posicionarse con precios competitivos, sabor familiar y una reputación ya ganada. Pero eso solo será posible si logra mantener su marca.

El caso también ha despertado sospechas: algunos analistas apuntan a que Frisby España podría estar intentando lucrarse vendiendo la marca a la original colombiana. Una estrategia de trademark squatting cada vez más frecuente en mercados internacionales, que suele ser previsible con un sistema activo de alertas de Google.

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Home Burgers: el competidor que ofreció su cocina

En un giro inesperado, la cadena colombiana de hamburguesas Home Burgers, con locales operativos en Madrid, ofreció sus instalaciones a Frisby Colombia para que pueda operar temporalmente en España. 

Esta alianza permitiría a Frisby vender sus productos desde un formato “in and out” dentro de locales ya establecidos, cumpliendo con los criterios de uso efectivo exigidos por la UE.

Este gesto ha sido considerado un caso raro y valioso de solidaridad empresarial en tiempos de crisis. La reputación de Home Burgers también sale fortalecida, al priorizar la defensa del legado colombiano sobre la competencia.

home burgers ReputationUP

Colombia entera alza la voz: patriotismo, memes y marcas unidas

Lo que vino después fue una explosión digital pocas veces vista. El hashtag #NosDamosaPollo se viralizó en X e Instagram. Desde cadenas rivales como KFC y Kokoriko hasta empresas de otros sectores como AviancaAlpinaSura y TransMilenio, todos se alinearon con una narrativa: Frisby es nuestra y no se toca.

apoyo a frisby ReputationUP

Algunos memes mostraban al Pollo Frisby en una urna presidencial; otros lo presentaban en versión superhéroe protegiendo la soberanía gastronómica nacional. El humor, la indignación y el orgullo patrio se mezclaron en una campaña espontánea que hoy es estudiada por expertos en comunicación como ejemplo de marketing orgánico.

El tema político tampoco dejó de aprovechar el momento. La periodista Vicky Dávila y supuesta candidata a la presidencia de Colombia posó con la mascota de Frisby en una imagen titulada “Por la VICTORIA de FRISBY”, mientras el expresidente Álvaro Uribecolgaba un montaje con el lema “Mano firme, corazón grande. Y en la barriga, Frisby el original”. Todo esto es un claro ejemplo de marketing político oportunista que se apoya en la potencia de una marca querida para generar simpatía.

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El cierre no es legal, es reputacional

Frisby Colombia no solo está defendiendo un nombre comercial. Está protegiendo su legado emocional, su trayectoria como marca y su vínculo con la identidad cultural de todo un país. La batalla legal en Europa determinará si puede mantener su registro, pero el juicio reputacional ya está teniendo lugar: y lo está ganando.

Si algo demuestra este caso, es que la reputación digital no se mide solo en valor bursátil, sino en apego emocional. Las marcas que logran convertirse en símbolo, en cultura, en orgullo nacional, tienen una defensa que ningún documento notarial puede garantizar: la gente.

🫵 ¿Y tú qué piensas?

¿Debe una marca perder sus derechos si no usó su registro aunque tenga décadas de historia? ¿Puede una comunidad salvar una marca con su voz colectiva? ¿Estamos ante un nuevo paradigma donde la ley se queda corta frente al poder de la reputación?

Te leemos en los comentarios.

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